EL CICLO DE KARMA EN MALOKA
Todo empezó hace más o menos un mes, cuando todos los profesores empezaron a hablar sobre una salida pedagógica, un museo, y cosas así, todos estábamos esperando el día que pudiéramos ir, ya que para todos nosotros era algo nuevo, todos teníamos diferentes espectativas, ya que nos dijeron que era un museo, y todos pensábamos que sería algo súper serio y demás.
Cuando llegó el día dos de agosto, todos estábamos nerviosos y emocionados por la visita a este museo, llegamos temprano al colegio, formamos, nos dieron indicaciones y comida, y así emprendió el viaje, salimos a las 6:30 de la mañana de Madrid, en nuestro bus iban algunos compañeros de otro salón, nuestro salón completo, y nuestro director de curso, el Profesor Camilo Moreno. Íbamos sentados en parejas, yo iba con mí amigo Brayan, y nosotros íbamos escuchando música y comiendo papitas, así el viaje no fue tan largo.
Cuando llegamos a allá, todos nos bajamos y entramos, llegamos directamente al cinedomo, donde estábamos organizados por cursos, allí vimos una exposición sobre; los dinosaurios que habitaban Colombia y un cortometraje de un señor que practicaba el esgrima con machete. Está función fue genial porque fue una experiencia diferente, ya que la mayoría de nosotros nunca había ido a este lugar, y para nosotros era algo nuevo tener que reclinar la silla para ver la función. Al entrar nos dieron indicaciones de no tomar fotografías durante la función, al salir nos dijeron como debíamos salir de allí. Cuando salimos de ahí fuimos al laboratorio de electricidad, allí había una máquina que producía electrostática, donde poníamos la mano y a las mujeres se nos notaba más como el cabello se nos hacía como hacía arriba, habían 4 fases de este experimento o máquina, para que esta tenga efecto electrostática sobre nuestro cuerpo, teníamos que poner la mano un poco descubierta del saco de la sudadera sobre la máquina, primero se subió Sofía Casas, a ella le tocó la primera fase, donde se hacía su cabello hacia arriba, luego se subió Omar Huérfano, a el le tocó la fase de dónde le pasaba electricidad al tocar al asesor que estaba dándonos la asesoría (valga la redundancia). Luego se subió Javier Blanco, a el le tocó la fase de dónde la madera transmitía la electricidad, y por último, se subió Cristian Cubillos, a él le tocó la fase de cómo se transmitía la electricidad por el metal, cabe recalcar que siempre que pasaba un compañero nuevo a una nueva fase podíamos interactuar con ellos para que también nos pasaran corriente.
Luego fuimos a la sección de anatomía y virus, allí era como un pequeño pasillo, un espacio cerrado donde habían diferentes ejemplares en frascos, estos eran representando los virus que hay o alguna vez hubieron. Luego fuimos al pasillo de emociones y experiencias sensoriales, allí había una rockola que tenía canciones tristes, más adelante había una especie de cajón o módulo donde podíamos meter las manos y sentir diferentes cosas según lo que decía en su título o descripción, luego había una cabina telefónica, donde habían personas que nos contaban la experiencia de su vida y de como todo fue mejorando con el tiempo, también había un celular gigante donde debíamos poner nuestro correo electrónico para que la foto que nos tomáramos llegara a allí, de ahí fuimos a comer algo y todos nos reunimos a hablar de cómo la estábamos pasando en este lugar, ya que nuestra perspectiva cambió, al ser este un museo interactivo.
Luego fuimos a un pequeño espacio recreativo, donde había un lugar para que las personas midieran su velocidad al correr, y de una vez subimos a la sala de programación, donde aprendimos a programar un semáforo, y aprendimos a usar una aplicación que había allí. Después fuimos al baño, dimos algunas vueltas más donde tuvimos oportunidad de ver una especie de exposición pequeña sobre física, tuvimos oportunidad de tomarnos fotos con algunos fósiles que habían allí, luego salimos, y todos nos reunimos para una foto grupal, y con el profesor Camilo también, luego de esto, todos subimos al bus nuevamente, con nuestra respectiva pareja, el viaje fue más corto aún de vuelta, y al llegar otra vez al colegio pasamos a almorzar algo antes de irnos nuevamente a casa.
MALOKA de Karen Martínez